El proyecto está dirigido por la experta en tiburones Barbara Block, de la Universidad de Stanford, que describe el área de la costa de San Francisco como el "Serengeti azul", comparando sus carreteras bajo el agua con las rutas migratorias de África.
Este proyecto nace a raíz de un estudio de 10 años dedicado al seguimiento de diferentes especies marinas, desde aves hasta tortugas, en el Océano Pacífico con etiquetas electrónicas.
El estudio reveló que las aguas eran un punto de acceso para una gran variedad de especies que frecuentan la zona en función de la estación del año y la temperatura del agua.
De acuerdo con la profesora Block, los grandes tiburones blancos demuestran una increíble capacidad para volver a su lugar de nacimiento tras sus migraciones pero para investigar más a fondo su comportamiento, se requiere de un "observatorio móvil".
"En todo el planeta la meta de oceanógrafos y biólogos por igual es observar el océano con tanto detalle como sea posible", dijo, explicando que un equipo discreto es la clave para obtener datos precisos.
El robot, de color amarillo, cuenta con dos partes: un planeador que desciende 23 pies (7 m) hacia abajo en el mar y una tabla de surf arriba.
El planeador tiene un sistema de ala especial que convierte la energía de las olas en empuje hacia adelante para mantener el robot en movimiento. También dispone de un receptor que capta las señales de audio de las etiquetas electrónicas de los tiburones marcados.
La tabla de surf lleva además otros instrumentos científicos que le permiten conectarse vía satélitepara que los investigadores reciban los datos y puedan determinar con precisión las ubicaciones de estos animales.
Cuando un tiburón u otro organismo etiquetado se encuentre con el robot, su posición se graba y se transmite al equipo de investigación.
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