Científicos analizan cómo un pez cambia de forma para atraer hembras según alimento
En un experimento descubrieron que si los machos se "disfrazan" de
la comida más común, tienen más chances de conseguir reproducirse.
SANTIAGO.- El macho de un pequeña especie tropical de pez de agua dulce,
Corynopoma riisei, tienta a las hembras con una ornamentación que lo
asemeja a un alimento y evoluciona de acuerdo a las preferencias
alimenticias de ellas, según afirmaron científicos.
Las hembras
reaccionan frente a este señuelo de los machos, que extienden una punta
alargada desde la cola de su cuerpo, posicionándose de tal forma que
permite la transferencia de esperma.
Los
investigadores descubrieron que la forma que adoptan los peces para
"seducir" a sus pares, evoluciona dependiendo de qué tipo de alimento
existe en el entorno y está disponible para ellas.
Las
variaciones de forma son evidentes en las diferentes poblaciones de
peces en Trinidad, pero los científicos pusieron a prueba su teoría con
un pez en cautiverio. Criaron a las hembras dándoles de comer hormigas y
luego les presentaron a machos con señuelos en formas de esos insectos y
otros con apariencia de escarabajos.
El experimento, publicado hace algunos días en "Current Biology",
dio como resultado que después de un periodo de habituación alimenticia
de apenas diez días, las hembras que comían hormigas se sentían más
atraídas por los machos que tenían ornamentación con forma de ese
insecto.
La forma de comunicación entre estos peces evoluciona en
respuesta a las condiciones ambientales. En este caso, el señuelo usado
por el macho es modificado para asemejarse al alimento más común,
haciendo que los machos con señuelos en forma de hormigas tengan más
chances de reproducirse.
En su ambiente natural, se deben dar dos
condiciones para que este fenómeno ocurra: el pez debe vivir en un área
donde el alimento varíe de acuerdo a una locación específica y sea
consistente en el tiempo, y que el contacto con otras poblaciones de
peces sea limitado. Ambas condiciones se dan en las corrientes donde
vive la especie estudiada.
"El principal descubrimiento es que la
variación del alimento que las hembras pueden comer puede derivar en
una variación en la forma que toma el macho, lo que puede derivar en la
formación de nuevas especies", afirmó Niclas Kolm, un biólogo evolutivo
de la Universidad de Uppsala, en Suecia. "Esta es la primera vez que
tantas piezas del puzzle se han juntado", añadió.
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