Un estudio del CSIC prevé que el calentamiento podría ocasionar la extinción funcional de las praderas de esta especie
Un estudio realizado por investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (CSIC-UIB) revela que la densidad de plantas de la especie marina Posidonia oceanica podría disminuir un 90% a mediados de este siglo debido al calentamiento del agua superficial del mar Mediterráneo.
Los resultados, que aparecen publicados en el último número de la
revista Nature Climate Change, apuntan a una "extinción funcional" de la
especie con un escenario "moderadamente optimista" de emisión de gases
de efecto invernadero.
El trabajo, elaborado en el marco de los proyectos españoles VANIMEDAT-2, MEDEICG, ESCENARIOS y el europeo SESAME, examina la evolución temporal de la temperatura superficial máxima esperada durante el siglo XXI en el Mediterráneo occidental. Para ello, los científicos han empleado proyecciones de diez modelos climáticos globales y dos modelos regionales.
"Todos
los modelos proyectan un rápido calentamiento del agua superficial del
mar balear en verano a lo largo del siglo XXI, lo que daría lugar a un
aumento de la frecuencia e intensidad de las olas de calor. De media, la
temperatura en superficie del agua durante la época estival podría
aumentar a finales del siglo XXI en 3,4 ºC. A partir del año 2050, la
temperatura superaría cada verano los 28 ºC, provocando la aceleración
de la mortalidad de Posidonia", detalla Gabriel Jordà,
investigador del CSIC en el Instituto Mediterráneo de Estudios
Avanzados, un centro mixto del CSIC y la Universidad de las Islas
Baleares.
Los científicos han examinado la trayectoria de la densidad de esta especie de acuerdo con tres escenarios de mitigación de los efectos. La investigadora del IMEDEA (CSIC-UIB) Núria Marbà aclara: "Si
se hubiesen mitigado las perturbaciones locales en 2010, la extinción
funcional de las praderas se hubiese retrasado una década; pero si esa
mitigación se produjera en 2030, la extinción sólo se retrasaría dos
años. Las acciones para mitigar otras perturbaciones locales, a pesar de
ser beneficiosas, sólo aumentarían modestamente la resistencia de la
especie al calentamiento marino".
"La única solución para garantizar que
este ecosistema milenario continúe proporcionando servicios más allá
del siglo XXI es la rápida acción internacional para reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero a niveles muy por debajo de los
considerados en este estudio", agregan los científicos.
G.
Jordà, N. Marbà, C.M. Duarte. Mediterranean seagrass vulnerable to
regional climate warming. Nature Climate Change. DOI:
10.1038/Nclimate1533.
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